Primero, es importante saber que el cambio climático se define como el cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera a nivel mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables. CMNUCC, 1992.
El cambio climático es provocado por el efecto invernadero que provocan ciertos gases (Gases de Efecto Invernadero), entre los cuales se encuentran: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), ozono (O3), halocarbonos, vapor de agua, perfluorocarbonos e hidrofluorocarbonos.
Hoy en día, todas las organizaciones, así como también personas naturales, debemos sumarnos al desafío para reducir nuestras emisiones de GEI. Para avanzar en lo mencionado anteriormente, primero es necesario que cuantifiquemos nuestra Huella de Carbono, que es el conjunto de emisiones de Gases de Efecto Invernadero producidas, directa o indirectamente -por nuestra institución- en términos de CO2 equivalente, y que sirve como una útil herramienta de gestión para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos. En el momento en que logremos que nuestras emisiones sean iguales a “cero”, significa que seremos carbono-neutrales. Para eso, nos comprometemos a desarrollar un Plan de Carbono Neutralidad que contemple las acciones necesarias para reducir, compensar y/o remover las emisiones generadas. Hasta el momento en AIEP, hemos cuantificado nuestra huella de carbono desde el 2019 hasta el 2021, resultados que se reflejan en el siguiente gráfico:
Es importante que se considere la emergencia sanitaria SARS-CoV-2 al momento de la comparación entre periodos, puesto que, las cuarentenas que dieron paso a la tele presencialidad generaron inevitablemente una reducción importante en los consumos hídricos y energéticos, así como la disminución de la generación de residuos y del transporte de estudiantes, docentes y colaboradores, siendo este último el índice con mayor grado de magnitud en la huella de carbono, lo que resultó en un descenso de las emisiones totales.