¿Qué es un residuo?

Es cualquier material que haya servido para su propósito y que se vaya a eliminar. Se puede encontrar en estado sólido, semisólido, líquido o gas contenido, y se clasifican en residuos peligrosos y no peligrosos.

Los residuos no peligrosos son materiales de desecho que, por su propia naturaleza, no presentan ningún riesgo para la salud pública o el medio ambiente, y pueden ser orgánicos, plásticos, metales, vidrio o papel. Además, tienen el potencial de ser reutilizados, mientras que, los residuos peligrosos son aquellos que presentan riesgo para la salud pública y/o efectos adversos al medio ambiente, y que, según el DS N°148 pueden tener características de inflamabilidad, corrosividad, reactividad o toxicidad.

En 2020, se generaron cerca de 20 millones de toneladas de residuos en Chile, donde el 96,9% equivale a residuos no peligrosos y el 3,1% a residuos peligrosos. De los residuos no peligrosos, un 79% fue eliminado en rellenos sanitarios o vertederos, mientras que el 21% fue valorizado (la valorización, es el conjunto de acciones cuyo objetivo es recuperar un residuo, uno o varios de los materiales que lo componen y/o el poder calorífico de los mismos. La valorización comprende la preparación para la reutilización, el reciclaje y la valorización energética).

En 2021, AIEP reportó la generación de 439.265 kg de residuos, y solo un 4,48% fue valorizado. Lo anterior, muestra sin duda una brecha importante que debemos subsanar, tratándose de un desafío no menor, ya que es necesario mejorar la trazabilidad, invertir en infraestructura para recuperación y reciclaje, y generar una nueva cultura en la comunidad educativa, lo que se logrará a través de charlas, talleres, incentivos, etc.

Debido a lo anterior, es que tomaremos como línea base los diagnósticos desarrollados en las sedes de Antofagasta, San Joaquín, Rancagua y Temuco, para definir una línea estandarizada con respecto a la gestión institucional de residuos.